¿Tienes alguna pregunta?
Llámanos +34 91 395 24 89

Digital Labor: reto y oportunidad

El trabajo digital representa una forma emergente de trabajo que se caracteriza por la producción de valor a través de la interacción con las tecnologías de la información y la comunicación como las plataformas digitales o la inteligencia artificial.

La definición está clara, pero ¿qué hay debajo del concepto Digital Labor?

El término Digital Labor tiene mucho que ver con las personas y con la capacidad de las organizaciones de poner en valor el talento y las habilidades de los profesionales que las componen.

Ya sabemos que la cuarta revolución industrial en la que nos encontramos va a transformar nuestras vidas, trabajos y la manera de relacionarnos; y lo va a hacer a una velocidad y alcance sin precedentes, que hacen difícil imaginar nuestro mundo dentro de 25 años. Esta Revolución Digital trae consigo nuevas tecnologías con un potencial de uso combinado exponencial, y las posibilidades de billones de personas y dispositivos conectados entre sí, unidas a la capacidad de procesamiento, almacenamiento y acceso al conocimiento, así como a soluciones como la inteligencia artificial, son prácticamente ilimitadas.

El entorno laboral no es, en absoluto, ajeno a este punto de inflexión, y el Digital Labor y las tecnologías que lo impulsan (Robotics  Process Automation e Inteligencia Cognitiva) aparecen como componentes clave de este nuevo panorama.

Su objetivo es la automatización de determinados procesos y tareas llevadas a cabo por personas en su operativa diaria y que, realizándose de forma estructurada, pueden ser sustituidas por procesos ejecutados por robots. No obstante, a este respecto, es importante diferenciar entre los niveles de robotización que puede implantar una empresa en la actualidad: robotización de procesos, que permite automatizar procesos convenientemente estructurados y reduciría a segundos tareas que actualmente llevan varios minutos; machine learning, que incorpora capacidades de aprendizaje que permiten al software aprender a detectar y resolver problemas a través del lenguaje natural y del contexto; y, finalmente, la tecnología cognitiva, mediante la cual los robots pueden tomar decisiones por medio de la utilización de datos desestructurados.

Hasta aquí vemos que se abre ante nosotros un panorama excitante lleno de retos y riesgos que tenemos que controlar.

Uno de ellos, es sin duda eliminar la idea, tanto en profesionales, como en las compañías de que la tecnología no tiene por qué sustituir a nadie. La incertidumbre ante la posibilidad de sustituir determinados perfiles por robots y el consecuente aumento del desempleo han derivado en una percepción negativa, al ser vistos como una amenaza. Pero la tecnología llega para integrarse en la empresa y convertirse en un complemento que permita mejorar las capacidades de los empleados; es, sin duda, una ocasión idónea para impulsar el crecimiento.

¿Cuáles son, por tanto, las claves para maximizar la oportunidad del Digital Labor?

  • En primer lugar, ha de existir una visión a largo plazo y liderazgo desde el top management de la compañía, que tiene que preparar a la organización para el cambio a través de una estrategia de comunicación y transformación cultural.
  • Además, es necesario elegir bien los procesos a robotizar y conocer las características, capacidad de ahorro y necesidad de inversión de cada tipo de Digital Labor.
  • Y, finalmente, y en relación con la necesidad de adoptar un plan de acción integral, ha de definirse una estrategia de despliegue que cubra todos los ejes necesarios (humano, operativo, tecnológico), evitando los silos y las iniciativas individuales que no permitan maximizar el valor de la oportunidad.

La implantación del Digital Labor en el tejido de las compañías funciona, y el reto está en su integración en la operativa y las personas, haciéndose necesario una revisión de las habilidades de los trabajadores, para que se vean animados a salir de su zona de confort y a formar parte de cosas nuevas. Supone un cambio de paradigma en el mercado laboral, pues en unos años será impensable que los trabajadores lleven a cabo procesos que pueden hacer robots. Ante su llegada, las compañías tendrán que hacer un esfuerzo de captación y retención del talento, reubicando determinados perfiles y pasando los trabajadores a realizar operaciones menos mecánicas y con un mayor nivel de dificultad.

A futuro perdurarán las compañías capaces de obtener de sus empleados una capacidad, esfuerzo y talento diferencial, aquellas que sepan crear entornos donde las personas quieran contribuir con lo mejor de sí mismas. Para ello, las empresas tendrán que tomar la iniciativa en la formación de sus empleados y abordar el desafío del reciclaje de perfiles de manera proactiva y continuada en el tiempo.
En resumen, ante nosotros se abre un mundo apasionante lleno de retos y oportunidades donde tendrán que convivir los seres humanos con los robots en el mismo entorno laboral y en el que todos debemos ser responsables de cómo debemos contribuir a adaptarnos a los cambios poniendo a las personas al frente y sin dejar que nadie se pierda en el camino.